Lesiones más habituales en ciclismo y cómo prevenirlas

16 de octubre de 2021

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Como todo deporte, la práctica del ciclismo también posee el riesgo de sufrir molestias o lesiones. Estas afectan generalmente a la espalda y las piernas, destacando las molestias musculares, tendinopatías, o lesiones traumáticas debido a caídas. No obstante, existen ciertas medidas preventivas que pueden disminuir el riesgo de sufrir lesiones y molestias. Por ello, a continuación se muestran las lesiones más habituales en ciclismo y cómo prevenirlas.

Lumbalgia

Estas suelen estar ocasionadas por una biomecánica inadecuada de la bicicleta, lo cual desemboca en molestias lumbares. La posición del manillar puede ser demasiado alta o baja, lo cual genera una excesiva rotación de la cadera. Una vez se han corregido los errores respecto a la bicicleta, otra forma de prevenir la lumbalgia es fortalecer los glúteos, los abdominales y la lumbar.

Tendinitis de Aquiles

Cabe matizar que no es una rotura del tendón, sino una inflamación de este. La tendinitis de Aquiles puede ser el resultado de una mala técnica o un mal ajuste del sillín o de los tacos. En ello radica la importancia de poseer una buena técnica y tratar de realizar análisis de nuestro entrenamiento con la finalidad de corregir posturas y malos hábitos.

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Tendinitis rotuliana

De gran similitud al de Aquiles, la tendinitis rotuliana es la causa del excesivo uso de marchas largas. Por ello, una posible solución a la hora de tratar de prevenirlo es no abusar de estas y ser conscientes de cuándo debemos apostar por marchas cortas. Otro motivo habitual causante de esta molestia es que el sillín se encuentre demasiado bajo, por lo que revisar la altura del mismo y elevarlo puede ser una medida preventiva de gran efectividad.

Tendinitis en la pata de ganso

Esta da lugar a una inflación en la parte posterior interna de la rodilla, y es una de las lesiones más habituales. A la hora de prevenirla es de gran importancia acudir a un especialista que determine si es necesario usar plantillas personalizadas que controlen y compensen el grado de apoyo de los pies. Asimismo, fortalecer los glúteos y el tren inferior es de gran ayuda a la hora de alcanzar estabilidad en las piernas.

Fractura de la clavícula y del escafoides

Aunque no lo parezca, esta es una de las lesiones más habituales en las caídas, ya que el principal acto reflejo es tratar de frenar el impacto con las manos. Esto puede desembocar en una fractura de la clavícula y del escafoides, siendo peor el remedio que la propia caída. Lo recomendado es no separar las manos del manillar y dejarnos caer de costado.