Cómo situar las calas correctamente en una bicicleta MTB
11 de junio de 2021
Luck Cycling Shoes
No hablamos de las de Menorca, Andalucía o Tenerife, sino de las calas de las zapatillas de bicicleta, esa pieza metálica en la suela de la que se desconfía cuando uno empieza a montar en bici pero de la que pronto nos enganchamos hasta el punto de no entender una pedalada sin ella. La cala es la encargada de transmitir la energía de un ciclista a la bicicleta por lo que su correcto uso se hace clave tanto para disfrutar y exprimir al máximo la bici como para optimizar nuestro entrenamiento y potencial. En Luck somos conscientes de la importancia de no desperdiciar energía y, además de confeccionar zapatillas para ello, hemos detallado un consejo básico del uso de las calas en las zapatillas MTB. No obstante y, pese a la lectura del mencionado consejo, recomendamos realizar un estudio biomecánico que dictamine dónde es mejor situar las calas en cada caso particular.
En las bicicletas de carretera, la cala es de una superficie generosa, de manera que maximiza la fuerza que se emplea sobre el pedal. La dureza de la suela acompaña a dicha cala y esto provoca que andar con una zapatilla de bici de carretera se haga complicado y peligroso por lo resbaladizo. En MTB, la cala es más pequeña para facilitar el movimiento del ciclista fuera de la bici. Por ello, para ser lo más eficaz, es imprescindible adecuar de una manera precisa la cala a la zapatilla MTB.
La línea entre el metatarso del pulgar y el meñique
Aunque para disciplinas como el cross country se recomiende situar la cala en una parte adelantada de la zapatilla, el consejo general para colocar una cala es el de posicionarla en la línea imaginaria que hay entre el metatarso del dedo pulgar y el del dedo meñique de nuestro pie. En este caso, además de otorgar la máxima eficacia en cada pedalada, se evitan lesiones por posturas inadecuadas. Para ello se pueden hacer unas marcas con rotulador a ambos lados de la suela (una al lado del metatarso del pulgar y otra del meñique) y con estas referencias tendremos más sencillo trazar la comentada línea imaginaria para situar la cala.
A partir de ahí y de la experiencia de cada uno se podrá ir ajustando la cala a su gusto. No hay que olvidarse del ajuste lateral, el que nos permitirá tener orientada la pierna más hacia el cuadro, recta o hacia fuera, dependiendo de cómo sea nuestra propia pedalada para acompañar a la misma de la mejor manera posible (y evitar lesiones).
Todos estos ajustes de la cala se regulan con una llave Allen de 4 mm y se ha de realizar con aprietes alternos (no atornillar uno a tope olvidándonos del otro). Al término del mismo, además de comprobar si el pedaleo es el deseado, se realizarán movimientos continuados de calar y descalar para que no haya ningún problema a la hora de bajar de la bicicleta. Cuanto más interiorizado esté dicho movimiento, mejor.
El temor a no descalar rápidamente
El fallo en descalar es, precisamente, el mayor temor de un principiante con estas herramientas tan útiles, las calas, que en los inicios hasta pueden provocar caídas en parado (por no tener todavía mecanizado el movimiento de descalar rápidamente). Por ello se recomienda no apretar mucho las calas para un principiante, de manera que sea muy fácil descalar.
Pese a este inconveniente mencionado de descalar, la recomendación desde Luck es de utilizar la cala a cualquier aficionado habitual a la bicicleta puesto que en pocos kilómetros un principiante se habrá familiarizado con ella y pronto disfrutará de poder imprimir energía con la pierna que está subiendo (y tirando con fuerza de la cala). A la postre, la cala se convertirá en un elemento de seguridad puesto que transmitirá con más firmeza a la bicicleta el movimiento que un ciclista desea realizar.